sábado, 10 de marzo de 2018

El aire gira en nuestro entorno   

El aire acaricia con su voz las yemas

tibias y verdes, que brotan en las ramas

de los árboles.

El cielo es un labio que se desgarra 

en una sonrisa extensa y hay una abundancia 

sobre la tierra.


Suena una música en acordes 

de gotas de lluvia y se escuchan rumores 

y bramidos entre las nubes, que emulan

las voces de olvidados dioses.


Se esparcen los tintes que evaporaron 

las flores durante la rorada matutina,

prendiéndose en el crepúsculo.

Se puede soñar y elevar el pensamiento 

en alas de mariposa o cabalgar 

sobre libélulas de nacarados tonos.


Todo es posible, cuando el alma se asienta 

sobre la espalda del mar y besa 

la contemplación de la imagen extasiada,

que beben los ojos, a través de las retinas.


Escrito en Marzo 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.


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