miércoles, 14 de marzo de 2018

El mal vino de una borrachera 

Panza de oronda madera, 

etílico gas de bodega en la penumbra.

La gruta del vicio es la sepultura 

en la ironía de una resurrección 

en los sentidos, para después caer

aturdido en el sopor.


La lengua termina por no caber

dentro de la bóveda de la boca y los ojos

se enturbian, nublando la visión.

Se tiende al adormecimiento y miles 

de hormigas bullen en el cerebro,

afectado de luces extrañas 

y chispazos aislados de escasas razones,

que huyen del nido del intelecto.


Cortocircuito, tal vez dentro de la alquimia 

del alcohol y el exceso de velocidad 

del pensamiento, que emerge de la nada,

para formar una idea, que desea salir

y ser parida en una sangrante realidad,

que niega toda evidencia de certeza

en los hechos que jamás llegaron 

a consumarse.


Escrito en Marzo 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.


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