martes, 4 de agosto de 2020

La candidez de puro amor.

Un rostro se ilumina en la penumbra,
una voz que nos llena el pensamiento,
la ilusión que nos nutre y da alimento 
y esa fe, que nos guía y nos alumbra.


Un amor que aparece de la nada,
el encuentro y su primera vibración, 
de sentir cómo palpita el corazón 
al beber de su cálida mirada.


Un amor sin pregunta, ni respuesta,
un amor, que es un cruce de caminos,
y fluye entre dos almas sus destinos,
marchando en una única propuesta.


No sabemos su edad, ni de su sino,
ni porqué se nos muestra sin aviso,
el amor no se busca, y es preciso
evitar por su enredo un remolino.


El amor no conoce ley, ni ciencia 
todo mal por su afán, se desvanece,
sin embargo su flor, alegre crece,
pues nace su candor en la inocencia.

Escrito en Agosto 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.



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