sábado, 8 de agosto de 2020

Se ha producido un escalofrío.

No acierto a imaginar la cadencia
de un estremecimiento en el vacío.
Acaso, una emoción sea 
un segundo de agitación entre una pausa
y otra.


Un espacio que huye de la memoria 
e incontroladamente escapa, produciendo 
una viva marea, que bate sus olas,
como alas desprendidas de un ángel caído.


El cieno de la inmovilidad, deja entonces 
al descubierto, el agua subterránea que fluye
secretamente en el interior de las cavernas 
del alma, cuando ya es inevitable 
una recesión de las voluntades 
y todo fluye, como consecuencia 
de una válvula de escape, 
en un cúmulo de pensamientos, que buscan 
la libertad de expresarse en la palabra.


Escrito en Agosto 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.


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