martes, 11 de agosto de 2020

La lluvia es vapor ante el calor inmisericorde.

Un reflejo de intensa luz  en los cristales
aciculares de la lluvia.
Agotando los cielos despejados 
y enajenando la libertad del aire 
en circulación.

Detenemos el paso ante las hojas muertas,
durante una efervescencia letal,
que altera el ritmo del corazón y el pulso 
de la sangre.

Hoy hace mucho calor y la tierra desprende 
un hálito intenso de vapor, que se condensa
en las frentes ardorosas.
Cuesta respirar y los cuerpos jadean
con cada paso que se va perdiendo 
en las solitarias avenidas,
bajo un sol abrasador e incandescente.

Escrito en Agosto 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.


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