miércoles, 23 de marzo de 2022

Tan sólo, una única voz.

Si evito la cacofonía de las voces,
 es porque trato de descubrir 
el auténtico tono timbrado, que se emite 
desde lo más profundo, pues reverbera 
con el alma, al unísono.


Toda imitación es pobre y se queda en eso…
un vago intento de acercarse a la orilla,
ya sin fuerza en los brazos.
La única verdad reconocida es la que escapa 
de los guarismos convencionales 
y se muestra con un ímpetu,
nacido de una profunda convicción,
con la seguridad en aquello que emitimos.


Todo nacimiento es un dolor que brota 
de una ausencia, para hacerse presente 
en nuestra realidad.
Todo lo que se parece a algo, 
carece de identidad propia y se desvanece 
como humo gris, por falta de consistencia.

Escrito en Marzo 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.





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