una vorágine de círculos,
veo en mi pantalla oscura,
al cerrar los ojos.
Hay un duende que maneja
los hilos de razón, similar
a la mosca que se nutre del ocio.
Mueve sus manos, agita las ideas
y las separa en su cedazo.
No hay larvas en el nido,
porque el aburrimiento no tuvo lugar
y en vez de eso, la imaginación
abrió su blusa, mostrándome sus pechos.
De ellos mamé toda la información
y ella me advirtió de su potente narcótico.
- Vuela alto, me dijo. - pero no olvides volver.
Hay una línea entre lo real y lo imaginario,
todo está dentro, se mueve y se agita,
intentando salir, buscando otro ángulo
que no lo reflejen los falsos espejos.
Los espejos son los ríos que mienten,
porque en su quietas aguas, nada se muestra
como real, sino como un sueño velado.
La realidad, duro vidrio, cortante hiriente,
nada tiene que ver con la mullida presencia
de un sueño.
Entre dos mundos caminamos ciegos,
a tientas, sin saber si hiere más la oscuridad
de una gris existencia, o la claridad absoluta
de unos sueños,que nos impida ver
que se esconde tras las sombras.
Escrito en Junio 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz".
Publicado en el Libro de poemas " Glorias áureas" ISBN: 978-84-15176-55-8
Depósito Legal: BI-1461-2015
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