Siempre me pregunté acerca de la muerte.
Cuando la vida se agota y queda en el aire
como un sonido que el eco recoge
y se pierde en la garganta de un abismo.
Hay personas, cuya vida dejan huella
en otras gentes, en otras vidas.
Su paso invita a seguirles, su marcada presencia,
deja aromas de constancias y el eco de sus voces,
permanece, aún cuando no están.
Existe en ellos, una calidad humana,
que no detiene el paso de tiempo.
No pasan por tu vida, sino que anidan
en tu corazón.
Dejan tras de sí, todo lo mejor en ti
y es como si brotaran flores nuevas
y otra luz acudiera cada día a tu ventana.
Entonces es cuando comprendes
que la eternidad depende de la intensidad
con que tu vida brillaba en su llama
o la intensidad o firmeza,
con que tu voz declara su pensamiento
y razón.
Tal vez la muerte no sea más ,
que la ignorancia a la luz,
cuando nuestra vida se halla entre tinieblas
o una consecuencia más
de nuestra falta de memoria
en las lagunas del olvido.
Escrito en Junio 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz"
Publicado en el Libro de poemas " Glorias áureas" ISBN: 978-84-15176-55-8
Depósito Legal: BI-1461-2015
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