es una triste y mortal torpeza,
cuando sólo en su cabeza
el mal se haya provocado.
Nacemos desnudos, sin malos instintos,
que no somos tan distintos,
no hay escudos, ni barreras,
ni distancias, ni fronteras.
El cuerpo desnudo no peca,
se muestra en todo esplendor,
el sofisma pecador
está en áquel que se obceca.
Cuando ante la obviedad,
disfraza en su corazón,
lo hermoso de su visión,
mintiendo una realidad.
Se enmaraña en la maleza
de su sucio pensamiento
y con gran resentimiento
ve pecado en la pureza.
Toda creación te muestra
belleza en su perfección,
sólo la mala intención
la somete y la secuestra.
Falseando la realidad,
creando un supuesto Infierno,
para impedir el movernos
ante la necesidad.
De una falsa redención,
inventando así el pecado,
teniéndonos subyugados
presos de su posesión.
El clero en su demanda insiste
en doctrinas de terror,
pero es humano el error,
porque el pecado no existe.
El pecado es la maldad
de quien niega la belleza
y juzga con ligereza
la bondad y su verdad.
Escrito en Junio 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz".
Publicado en el Libro de poemas " Glorias áureas" ISBN: 978-84-15176-55-8
Depósito Legal: BI-1461-2015
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