pierde la magia de su hechizo.
Te presiento bajo la interrogación
de un enigma, que borra las huellas
del camino y un eco de viento sutil,
que pronuncia las imágenes más reales,
sin dar forma precisa
a cada pregunta gestada.
Aérea, bajo el dintel de una puerta cerrada,
cuya llave se arrojó al mar, para no recobrar
el instinto que mueve los hilos
de un pecado, acaso inventado,
rompiendo cada uno de los moldes
de la monotonía y creando un mundo nuevo,
sin postigos, con las ventanas
abiertas a la eternidad,
tan sumamente adivinada, como insondable.
Escrito en Julio 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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