viernes, 5 de julio de 2019

El suave tacto de la greda

Cuando nada tienes, nada queda.
Un blanco trazo de greda,
que antes se llamara tiza
y a la negra pizarra estigmatiza,
tatuando palabras en su piel,
por no herir con su escrito en el papel.

En esa misión suicida
no deja una profunda herida,
queda un trazo inmaculado
que ha de ser, por su legado
fiel a un claro pensamiento
y perpetúa el momento
tras de su larga andadura,
con luminosa blancura.

Nada que se niegue o pueda
causar alguna molestia,
pues aún viviendo en su modestia,
su tacto es suave, y la greda
escribe tus pensamientos,
se mece en tus sentimientos.

Busca en un rincón perdido
otro buen imperativo,
pues nadie nace sabiendo
y lo que vas a aprendiendo
te servirá al caminar,
tan sólo basta observar.

Porque es duro el aceptar
que alguien pueda dedicar
su tiempo para mostrar,
lo que surge de la espera
de entre caminos de greda.    

Escritos en Julio 2019 por Eduardo Luis  Díaz Expósito.









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