martes, 23 de julio de 2019

El milagro de vida cotidiano 

En la dirección en la que el sol
se apodera de la noche, se mecen los vientos
que esparcen las gotas de rocío,
la tierra sedienta se abre
y en un amoroso gesto, absorbe el agua
que luego entrega a las plantas
que se elevan desde sus tallos al cielo.

Respira la vida un verde esperanza,
hisopo que agita el milagro cotidiano,
donde se mueve la savia, como sangre nueva,
que exultante, brota y se derrama
bajo un signo de continuidad,
 nacido del instinto de perpetuarse.

Todo fluye por un mismo cauce
que se desarrolla sobre sí mismo
y cada amanecer se adueña
del día por suceder, en una empatía
que se reduce y a la vez se extiende
hacia sí misma y hacia un infinito,
que sobrecoge y desafía toda explicación.

Escrito en Julio 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

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