de las calladas voces de mis pensamientos
y ocupa el espacio con tu imagen.
Hay una recreación de la belleza,
que de tu corazón siento en mi
y adoro esa divagación
en la quietud de la tarde,
cuando preso de la añoranza, te recuerdo.
Nunca quise construir con humo
la solidez del amor, pero soñar supone
un mínimo esfuerzo, para quien anhela
esa calidez de manos
que estrechan mis manos y paseamos
por todas las orillas de todos los mares,
que colman las emociones.
Agua al fin o lágrima vertida.
Acaso sea la sal de tu cuerpo, la que provoca
mi sed de ti, pero te amo desde la distancia
en estos espacios de ausencia,
desde donde te invoco,
para sentirte de nuevo reciente,
como un nuevo amanecer en mis días
o el pan con que alimento
todas mis esperanzas de volverte a ver.
Escrito en Julio 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz ".
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