miércoles, 31 de julio de 2019

Lágrimas vanas en el vacío 

Guardo mis silencios en los bolsillos vacíos
y proclamo la voz en el grito desgarrado
que pronuncia apóstrofes de la vida.

Mis manos están hambrientas de tu cuerpo
y en mi ceguera intento palpar
las ausencias que has dejado flotando
en mi entorno.

Golpeo los huecos que dejé con mi falta
de atrevimiento en la constancia y acaso
celebro la angustia con el despecho
de una fingida despreocupación.

El aire es soluble en los suspiros
y se extiende una blanda mirada
sobre el frío asfalto.

La lluvia es una incesante incontinencia
de lágrimas, que el cielo precipita,
solidario al sufrimiento del hombre
que no ha sepultado sus penas,
ni ha liberado todos sus temores
de la prisión de su inconsciencia.

Escrito en Agosto 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

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