oblicuo a cualquier imperfección,
cargado de tensión y de temor
ante la realidad de un genio abyecto.
El cielo en el creyente es su meta,
ante una fe de horror en el infierno,
temeroso del dolor, por ser eterno,
evitando que un error le comprometa.
El cielo es ese sueño, que no puedo
hallar en esta vida material,
tan sólo un pensamiento en este erial,
producto de mi afán y de mi miedo.
El cielo es necesario y es preciso
para inculcar en todos la esperanza
y alzarnos con la voz, en alabanza,
con fin de conseguir el Paraíso.
Escrito en Julio 2019 por Eduardo Luis Díaz
Expósito.”zuhaitz “.
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