del roce de tus labios o el tacto de la piel,
que acaso ignoras.
Tal vez pienses, que la espiritualidad
se encuentra en la vida retirada del eremita,
pero...¿Cómo vivir sin esa conexión
que produce el éxtasis divino, en el beso
o en el cruce de miradas, entre personas
que beben de la misma fuente de amor?.
¿Cómo hallar esa chispa divina, si no nace
en nosotros el deseo de comunicar
nuestra ardiente llama de amor,
para que jamás quede extinguida?.
Reconocerse en los demás, es crecer
en todas las dimensiones posibles
del ser humano.
En la proyección que nace en nuestro corazón
hacia otros corazones, hallamos
que nuestra soledad, sólo muestra la visión
que de nosotros, alcanzamos para nuestro
propio descubrimiento.
Explorar otros corazones y otras mentes,
es desarrollar la capacidad de amar,
para conectar y expandir la misma esencia
que nos hace únicos e irrepetibles,
formando un mismo espíritu en un cuerpo
de esferas celestes que conforman
la unidad.
Escrito en Marzo 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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