que te consume, en esa avidez de la llama
que absorbe el aire y forma una ceniza muerta,
sin un aliento que origine su vuelta a la vida,
desde el rescoldo.
Ansia toda que ciñe sobre sí misma,
la pesada ingravidez de no ser y buscar
su identidad en un caos, en el que
nada permanece estático, mientras
la vorágine sea sin duda, el deseo
que destruye cuanto intentamos recobrar
en el agua, que refleja más nuestra sed,
que nuestra realidad más palpable.
Todo queda resumido a polvo y ceniza
y nadie adora a las sombras, que se originan
en la combustión de la luz,
antes de precipitarse
gramaticalmente pretérita,
sobre los perfiles oscuros de su agonía,
en las abisales profundidades…
desapareciendo por completo,
Escrito en Mayo 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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