vacíos de intención y manos abiertas
a un fraternal abrazo, tan justo…
tan necesario.
Mírame como escarcha que se deshace
con la tibieza de tu voz.
Quiero sentir la calidez de la pluma
en la caricia y rescatar la melodía
en ese incesante estribillo, que es
la monotonía en la vida, tan austera,
tan decepcionantemente previsible,
ante los ojos que ignoran
un compás monótono y tratan de encontrar
un ritmo diferente en cada encuentro
y en cada cadencia que imprima el momento.
Escrito en Mayo 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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