he llegado a la conclusión de que
todo el mundo miente, amenazados
por los cocodrilos que moran en las cloacas
y dirigen las voluntades desde un submundo
que proyectan holográficamente
desde la altura.
Su hiperrealismo parece creíble, pero obedece
a un patrón de conducta voraz e inalienable.
Un modelo de destrucción que ofrece
caramelos a un niño, antes de volarle
la tapa de los sesos.
Partiendo de este absurdo, podemos ver
el aspecto de una realidad impuesta,
que no concuerda con la que soñábamos o
imaginábamos y sin embargo es la que
estamos sufriendo y “viviendo “.
Quieren monitorizar nuestras mentes, pero…
¡Van dados!. Algunos contemplamos
el sano ejercicio de pensar por nosotros
mismos.
Escrito en Mayo 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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