que otros tejen y trato de evitar el marasmo
que se se está produciendo
en mis articulaciones.
No pararé de hablar, porque hay mucho
que decir y excepto Ulises, todos los demás
tienen caracolas marinas adheridas
con cera de abeja, en sus oídos.
¡Retirad los óbolos de vuestros párpados!
No iréis al Paraíso, y esta nave sólo
os conducirá al inframundo.
La fe ciega y los óbolos en vuestros párpados,
sólo consiguen que no veáis las aguas
en las cuales se mueven vuestros destinos.
Destinos decretados por los éforos,
con el consentimiento enajenado
de Cleómedes.
El poder por su peso, se hunde en el barro,
pero nos está arrastrando a su mismo final,
debido a las gruesas cadenas de nuestros
temores y supersticiones.
Escrito en Mayo 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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