no habita la razón, ni la ética y las religiones
se precipitan hacia el abismo, por el excesivo
peso de sus incongruentes reflexiones.
No es el dogma el que edifica al ser humano,
si no la convicción y la determinación,
en esa causa, que le impulsa a decidir
cada uno de sus actos.
No es la física, la que actúa,
si no el pensamiento aplicado como motor
y forma de energía para alcanzar
grandes logros.
Es en esa diferencia, donde se establece
el cambio, en aras de realizar aquello,
que hasta ahora, parecía ser imposible.
La posibilidad es aceptar desde la duda,
otro sendero, en el que la imaginación
es capaz de crear, lo que a nuestros ojos
pueda parecernos inexplicable.
Escrito en Mayo 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz “
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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