miércoles, 7 de diciembre de 2022

Esos labios que nos ignoran.

¡Qué pérdida de memoria, en el labio 
que ignora que fue arrecife, franqueado
por álgidas olas de pasión!.



Todo  un mar, bramando  deseos de espumas
y sedas, venciendo escollos en vertientes 
que se deslizaban sobre las inertes rocas,
enjutas, tristes y solas con la ambigüedad 
de unos cielos remotos.


Tal vez sueño inacabado
 o despertar imprevisto entre playas insomnes 
y letargos.
Tal vez, aceite y aroma, agua pura o sed.
Incontenible labio de precarios límites,
en besos sin cuerpo, ni forma.


Redondez que acaricia  
los bordes inequívocos del deseo 
 o franquicia de amor no resuelta,
no acuñada en otros labios, capaces de amar,
al pronunciar tu nombre.


Acritud de soledades, en esa búsqueda eterna 
del labio que nos ignora y sin embargo,
nos seduce, como el temor a la muerte 
o al peligro de seguir vivo, sin una respuesta 
que declarar al viento.

Escrito en Diciembre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.







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