miércoles, 21 de diciembre de 2022

Estrellas de topacio.

Atizo la brasas, para incendiar el crepúsculo.
El día  muere lentamente, cuando el sol
se reclina entre las montañas o se sumerge 
en el mar, durante su baño nocturno.


Nada detiene la tristeza que se eleva 
en diminutas lágrimas de topacio, hacia 
la pupila negra del firmamento.


Recojo las cenizas del día, en la hoguera 
de las emociones incendiadas y el agua 
se evapora entre los suspiros entrecortados,
que discretamente el viento musita,
para que el cielo no se derrame 
en angustias.


Escrito en Diciembre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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