nos parece una extensión,
grande, como el corazón
que cobija nuestro anhelo.
Extenso en su plenitud,
en este día radiante,
disfrutando cada instante,
colmado de gratitud.
Admiro la lealtad
cuando al horizonte miro,
porque si hay algo que admiro,
es esta cordialidad.
Que basada en la amistad,
igual que el cielo y el mar,
debemos perseverar
en un gesto de hermandad.
Cielo y mar, en un destino,
aún siendo tan diferentes,
como dos adolescentes,
coinciden en el camino.
El horizonte es el tul,
que les reúne y les muestra,
en esa línea maestra,
que llevan un mismo azul.
Almas, con distintas vidas,
bajo una misma verdad,
así ha de ser la amistad…
experiencias compartidas.
Escrito en Junio 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito. “zuhaitz”.
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