lo abandonan con tristeza,
precursoras de belleza…
lloran por su desconsuelo.
Su vida es breve anhelo
y en el medio vegetal,
su pulso, que es tan vital,
se enfría al igual que el hielo.
Ese frío mineral,
va sintiéndose en la tierra,
y bajo el suelo se aferra,
con su diente de metal.
El sauce llora el destino,
de su cruel maldición,
por su inmóvil posición,
en el borde del camino.
Sentenciado por los dioses,
dada tu inmovilidad,
nunca sabrás la verdad
de la tierra en que reposes.
Llora el sauce y se perfila
su llanto amargo y callado,
sobre la tierra ha dejado,
lágrimas de clorofila.
Escrito en Junio 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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