¡No traigáis flores a mi tumba!.

Las flores son belleza, no  dejéis 

nunca flores sobre las tumbas abiertas,

no traigáis a mi muerte, flores muertas

pues son vida.¡Por favor, no las matéis!.

Encended una vela blanca y pura 

y acordaos de mi, de vez en cuando,

llevaré el amor que fuí guardando,

sabed que no estaré en mi sepultura.

Libre como el viento, libre,

la muerte nunca podrá detenerme,

si es caso, sólo habrá de entretenerme…

¡No sabe de mi afán, ni mi calibre!..

No iré ni al Cielo, ni al Infierno,

ya sé que siempre aquí voy a vivir,

que sólo es un instante, este morir,

pues ya me convencí: ¡Yo soy eterno!.

Escrito en Junio 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.