como en el volcán, su lava,
rojo río, sangre brava
rojo cárdeno en las penas.
Rojo, que de gozo henchido
y ebrio de vida, el destino,
hace de un buen mosto, un vino,
en un brindis, compartido.
Rojo, nuestro corazón
o el fuego de atardecer,
en que el cielo puede arder
en un rapto de emoción.
Rojo en furor rubicundo,
que en azul ha dejado,
un halo de luz dorado,
para coronar al mundo.
Rojo, clavel encendido,
que todo el enamorado,
sobre su labio, ha posado
y por amor, lo ha ofrecido.
Rojo mi sino y mi suerte,
mi amor y también mi ajuar
de vida, hasta encontrar
el rostro en mi propia muerte.
Rojo de vida, latiendo,
roja flor, que no marchita,
pálpito rojo, que excita
la vida que estoy viviendo.
Escrito en Junio 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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