lunes, 11 de marzo de 2024

El extenso micelio de la maldad humana.

Todas las grandes maldades
tienen ramificaciones 
y se ven sus intenciones 
sobre sus extremidades.


Se alarga con un micelio 
subterráneo y subyacente,
que acompaña al imprudente 
hasta su propio sepelio.


Toda maldad se origina 
en un rencor como enlace
del odio, pues mientras nace 
junto a la bondad camina.


Y la ahoga y extermina,
brotando del interior 
ese fuego cegador
que en la perversión culmina.

El alma se vuelve dura 
y a falta de un sentimiento, 
se procura el sufrimiento 
con una cruel tortura.

La venganza está servida,
con envidia y arrogancia,
producto de la ignorancia 
de no valorar la vida.


Así, de forma suicida 
la maldad te compromete
y con pericia somete
abriendo una nueva herida.


Escrito en Marzo 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.





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