con el dolor de la muerte
su mensaje se convierte
en una efeméride triste.
En cada siglo se encierra
una etapa, que en la lucha,
sólo un sonido se escucha
en el fragor de una guerra.
Se celebra una victoria,
como por arte, o la suerte
de festejar en la muerte
nuestro paso por la historia.
No sabemos construir
nada, porque en realidad,
en nuestra pobre heredad
la tendencia es destruir.
Cambiamos las estructuras
y en unos breves momentos,
caerán desde sus cimientos
sólidas arquitecturas.
Creemos en las victorias
de las guerras asesinas,
que surgen de las esquinas
brotando en nuestras memorias.
Cuando la mayor victoria
es celebrar cada día
el vivir en armonía
con mayor honor y gloria.
Nada es superficial
al llenar nuestra conciencia
con esa sana inocencia
de una vida natural.
La libertad del invicto
es no tener que luchar,
pues si aprendemos a amar,
se evita todo conflicto.
Escrito en Marzo 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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