a ese cúmulo de doctrinas creadas,
que forman una realidad que nos es impuesta.
La razón vagabundea entre los inhóspitos
caminos de la incertidumbre,
hasta que la luz de gas, deja de competir
con el fósforo desprendido de nuestra inteligencia.
Vuelves a creer en ti mismo, cuando
dejas de fagocitar las ideologías,
que encuentras diariamente en tu plato vacío
y prefieres cocinar tu propio pensamiento
a fuego lento, a pesar de su pesada digestión.
Hoy por fin has comprendido, que sólo tú
le importas a la única persona
que te compone y habita.
Sólo tú eres tu propia realidad y a decir verdad, nada es más real que aquello
que sientes sobre la piel de tu propia
experiencia.
Cualquier inoculación ajena a tu propia verdad,
produce una deformación distópica,
que puede cambiar el ángulo de visión
y la perspectiva en la orientación de tus
principios más elementales, perdiendo
el centro de gravedad de tu equilibrio vital.
Escrito en Marzo 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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