no quiero perderme nada,
mi marcha es de madrugada
y en mi paso, me reservo.
Así, mi contemplación,
ha de ser la maravilla
que de una forma sencilla
requerirá mi atención.
Tan sólo basta un segundo
para beber la belleza
y contemplar la grandeza
que nos rodea en el mundo.
Hasta lo más diminuto
al acercarme se crece
y en su belleza, me ofrece
el éxtasis de un minuto.
No quiero perderme nada,
la vida es maravillosa,
sí no se ofrece otra cosa,
lo guardaré en mi mirada.
No quiero que mi tristeza
me prive de la ocasión
de sentir esa expresión
que manifieste belleza.
Es la belleza ese arte
que pocos han de entender,
no lo puedes pretender,
si no quieres entregarte.
En esa contemplación,
en que puedas disfrutar,
pues el arte se ha de amar,
con todo tu corazón.
Escrito en Abril por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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