domingo, 10 de noviembre de 2019

A mi sombra.

A ti, que fielmente me sigues y pronuncias
con tu énfasis todos mis pasos.
Que recamas la luz con tu presencia
oscura y serena.

A ti, que te muestras cautiva y a la vez
huidiza, que no permites que mis pies
invadan tu espacio.
A ti, que en mi soledad eres una respuesta
a ese sol que me alumbra y me sofoca.
Que suavizas mis facciones o las muestras
con más dureza.

A ti, que refrescas mi cuerpo y mi alma
en la fatiga.
Nadie te pronuncia, ni te nombra,
a pesar de tu constancia en el tiempo,
sin edad, sin años.

Sumida en una paciente espera,
para apuntillar la luz y mostrarme
una proyección de mi mismo, que he negado
y no he reconocido.

A ti, mi sombra, perenne y perpetua.
Compañera de viaje
en esta indefinible travesía, que es mi vida.
Te respeto y te reconozco.
Gracias por tu desinteresada compañía.

Escrito en Noviembre 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".



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