lunes, 18 de noviembre de 2019

Clavos, clavos y más clavos 

Un clavo no saca otro clavo,
si acaso, lo profundiza
y el martillo se desliza
por su fiereza y por bravo.

Un clavo en el corazón
es pena por transmutar,
nos cuesta un tiempo en hallar
la cordura y la razón.

Hay clavos que nos sujetan
al devenir de la vida
y hay clavos que abren heridas
que nos laceran e inquietan.

Hay clavos, que son de olor
y se usan de condimento,
sazonando el alimento
para ensalzar su sabor.

Clavos en la podredumbre
del hierro que los componen,
clavos que se descomponen
por el tiempo y por la herrumbre.

Clavos al fin, que son piezas,
que suponen el temor,
si nos invade el dolor
como un clavo en la cabeza.

Escrito en Noviembre 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".


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