miércoles, 13 de noviembre de 2019

Un mal guion para nuestras vidas.

Hemos aprendido a desarrollar armas
para matar personas, pero no para matar
nuestros temores.
Los medicamentos nos mantienen vivos,
que no sanos y la salud mental se deteriora
a pasos agigantados,
dentro  de unas cajas acústicas.

Hemos lavado la memoria de nuestros héroes,
pero no volverán a casa y el hueco
 de sus vidas ausentes, no se tapa
con monedas, ni con medallas.
La mentira esgrime sus filos más precisos
para cortar la razón y diezmar las voluntades
de los hombres y mujeres libres.

Los niños no lloran, ni juegan, han asesinado
la ternura y la emoción,
arrancando la inocencia
de sus pequeños corazones.

Ya no hay niños en las calles, sólo autómatas
con una pequeña pantalla sobre sus manos,
que les impide ver otra realidad, que no sea
la que se muestra en 4K o en pantalla OLED.
Se graban en vídeo toda la vida
que no aceptamos y la vemos pasar
como una película de bajo presupuesto...
sólo que el guion nos lo han adulterado.

Escrito en Noviembre 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".


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