viernes, 22 de noviembre de 2019

Siento el rumor del viento.


Siento el rumor del viento, alcahuete
de ausencias, silbador
de los temores nocturnos, cuando el frío
desenfunda su gélida hoja de acero
y penetra hasta los huesos.

La noche cae en un desmayo de horas,
mientras crepitan las ascuas en los fogones
de las casas.
Apetece sueños de cálido edredón
y acurrucarse junto a la chimenea,
contar historias viejas con ojos nuevos
y hacer una tarta en un horno de leña.

Siento el rumor del viento entre los árboles,
agitando sus frágiles almas
de hojas aciculares o frondoso boscaje
que amarillea, como una vieja película,
rescatada del desván del olvido.

Te siento cerca, soledad, inmune al tiempo,
de forma burlona, deambulando
por los rincones de mis habitaciones vacías.
Tan sólo los libros permanecen conmigo,
acumulando el polvo macilento y desmejorado,
que retienen vivencias, como si trataran
de mantener esa memoria perdida
entre mis recuerdos.

Siento el rumor del viento y un frío en el alma,
arrimo un ascua más, para ver el resplandor
de las llamas una vez más, en mis ojos
apagados y tristes.

Escrito en Noviembre 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".


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