miércoles, 13 de noviembre de 2019

Un envío con demora en horas marchitas.

Mis nervios aún me asisten en la demora
de todo aquello que espero y llega
con retraso o en malas condiciones.
Se pierden los besos de juventud
en los callejones oscuros, en otras bocas
que no saben pronunciar la palabra AMOR,
ni conocen su significado.

No todo se puede obtener, ni comprar
por Amazon o Ebay
y siento que me estoy perdiendo
en un mundo consumista, sin reglas
y con el poder de trastocar la realidad
en efímeras ilusiones, que como
pompas de jabón, estallan cuando deseamos
que ese estado de felicidad,
perdure en el tiempo.

Y es que no queda tiempo,
porque  no lo hemos sabido administrar
y tenemos la libreta de direcciones vacía
y los teléfonos descolgados, en la copa
del árbol, donde yacen
 todas las horas marchitas.

Escrito en Noviembre 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.







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