porque todos en la vida perseguimos
ese sueño que jamás lo conseguimos
y un dolor, nos queda inerte en la heredad.
Un castillo de naipes derrumbado,
es mi vida y he dejado de creer,
que mis ojos puedan ver amanecer,
recostado en ese amor que hube soñado.
Voy sabiendo y conociendo, por desgracia,
la mentira, que se encierra en las promesas,
somos víctimas al fin y también presas,
que sufrimos por su fiel antonomasia.
Es apego por amor, y te enamoras,
vas perdiendo la razón y te confunde,
porque en esa vanidad, todo se funde,
porque el tiempo nos limita en su demora.
No aprendemos, que el dolor es el revés,
de tu vida, que al final, sin ilusión
nos va hiriendo capas en el corazón,
resbalando tu criterio, en un traspiés.
En dolor va sometiendo y transformando
tus anhelos y tu fe en esa verdad,
cuando ves que es obra de tu terquedad
y no observas, que te estás enamorando.
Escrito en Octubre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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