viernes, 8 de octubre de 2021

Todo lo que cabe en el alma, durante una breve reflexión.

Alegrías desbordadas en cántaros rotos 
o rostros con tintes bermejos en almas 
de añoradas suertes.
Toda la plenitud  de la dicha insomne
o esa tristeza enclaustrada, que emerge
del fondo, para anegar los blandos ojos,
que se pierden tras un horizonte de recuerdos.


Rostro de árbol perenne, estático.
Sus cabellos  son hojas descendidas
sobre un tapiz tejido, de sombras y luces,
donde recamar los  deseos  más dulces 
y las ausencias más amargas.
Se pierden  abrazos con levedad de espuma
y un viento  helado, temeroso  
de una noche en ciernes, sopla allá 
donde el abandono,
 limita al norte con los sueños y al sur
con un imprevisto amanecer.


Escrito en Octubre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.





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