miércoles, 6 de octubre de 2021

Un duro día de pesca.

Mar adentro, se pierde la memoria 
en los fondos marinos y el temor se eleva 
a la misma longitud que  las olas.
El  esfuerzo humano va dejando 
sobre las sogas, la piel de las manos 
y un frío glacial en el rostro.


Los ojos fijos en el horizonte y la atención 
pendiente en los bancos de peces.
Azul profundo y ribetes blancos y esmeralda 
sobre la  cresta de las olas.
La calma marina lleva  ritmo de vals,
pero  no siempre el mar celebra la pesca 
con nosotros y reclama alguna vida,
a cambio de las vidas que le arrebatamos.


Escrito en Octubre  2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.





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