lunes, 22 de septiembre de 2025

El beso cruel de una despedida.

Ante mí, el beso lívido, como una muerte 
en ciernes.
Con el frío mineral de un adiós sin despedida.
Como un azogue quebrado en un espejo,
que miente una impalpable realidad.


Se desliza como un áspid, suavemente 
por la orilla de mi boca, y en la cresta de la ola,
lleva un sabor a sal, como la espuma que roza
la desnudez de una playa, recientemente 
descubierta.


Un abismo que se escapa entre los dientes,
proyectándose en el ácido veneno 
de tu ausencia.
Un beso acre, sin el amparo de la miel,
que antaño se destilaba en tus miradas.


Un beso sin copia reciente, sin rúbrica 
que confirme el deseo de perpetuarse allá,
donde el corazón late con más fuerza aún,
que el suspiro que queda atrapado 
entre los labios, al cerrar los párpados 
en las remotas densidades de un recuerdo,
que va rodando sin rumbo hacia el olvido.

Escrito en Septiembre 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.





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