o la linfa descendiendo por el hueso desnudo
y descarnado.
Horror a manos llenas, ojos desorbitados,
dentro de sus oscuras cuencas.
La angustia detiene la respiración,
en el claustro pectoral, y hay una visión
dantesca, que sin duda es la suma de todas
tus pesadillas.
Sacudes la cabeza, para intentar despertarte,
antes de que caiga la pesada cuchilla
de la guillotina.
Has logrado despertar, pero te encuentras
en el borde de un abismo, que te llama
con voz telúrica, produciendo en ti,
un vértigo inusual, que consigue elevar
tus vísceras, a la altura de la garganta.
Sacudes de nuevo la cabeza y despiertas
a una realidad, que tal vez sea, más truculenta
y atroz, que la peor de tus pesadillas.
Escrito en Septiembre 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

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