en un presuroso evento,
se contempla el nacimiento
del sueño por un anhelo.
Las estrellas rutilantes,
son guiños con picardía,
para despedir al día
con sus ojos más brillantes.
En el rocío nocturno,
se cuajan tímidas gotas
y el silencio tiene notas
de un romance taciturno.
Notas de voces ausentes,
que, en sus amores tardíos,
se fueron, cruzando ríos
de caudales diferentes.
Amores impenitentes,
que la noche dió cobijo
y en su oscuridad, bendijo
por ser amores recientes.
Bajo la capa de un cielo
nocturnamente velado,
un recuerdo almibarado
queda en suave terciopelo.
Negro terciopelo ileso,
bajo una luna que brilla,
extendiendo su mantilla,
para ocultarse en un beso.
Escrito en Septiembre 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

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