martes, 6 de abril de 2021

Los infortunios de la inconsciencia.

Las arañas descienden desde los cielos,
durante las tormentas y los gusanos 
se deslizan sobre los huesos, después 
de devorar los despojos de carne 
que los cubrían.


Los ojos revientan y explotan en sus escleróticas, como claras de huevo,
sobre los marcos vacíos, que cubren 
las paredes pintadas de rojo cárdeno.


Los mechones de cabellos que se arrancaron,
conforman la nueva flora de los jardines 
de los infiernos y se escucha el balbuceo 
de las bocas que fueron silenciadas,
al cortar sus lenguas, para alimentar 
a los pájaros, sin que nadie pueda escuchar 
sus cantos, y así el eco se perdió 
en los recuerdos, que todos quisimos olvidar,
bajo la espada impoluta 
de los juicios condenatorios .


Un cuerpo inerte, se balancea al extremo 
de una soga, que se muestra suspendida 
entre varios interrogantes... sin respuesta.
Un anciano sujeta entre 
sus manos sarmentosas un cayado,
que fue testigo de los años de convalecencia 
y del despertar de esta persona, 
ante una nueva realidad sin conciencia,
que nos aboca al desastre, sumido
entre las llamas del infortunio.


Escrito en Abril 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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