tendremos que despertarlo,
no se trata de llamarlo,
si en nuestra voz no se ha oído.
Tendremos que incentivar
en los encuentros, ternura
y hallar en nuestra andadura,
un motivo para amar.
Lo llaman” La dulce queja”,
pues el amante adolece,
si está mermando y no crece
el hilo de su madeja.
Amar devana el ovillo
de todas las emociones,
aunando los corazones,
dándoles su lustre y brillo.
Y si el amor no despierta,
probemos con la amistad
y hallaremos su verdad,
si nuestra mente está abierta.
Escrito en Abril 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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