martes, 20 de abril de 2021

El silencio se rompe sobre la espalda de la tierra y el cielo llora.

En las bocas vacías de los silencios cómplices,
se rompen las barajas de la suerte, 
entre los dientes del destino 
y un gorjeo de celestes aves 
con rizados bucles de pestañas y nubes,
se precipitan sobre la arena, horadándola
como dedos infinitos.


La lágrima cae presta desde el cielo,
con plomiza tristeza, pesadamente grávida 
y melancólica, de agudeza acicular 
e hiriente en el letargo roto ya,
por su incontenida emoción.


Lágrima que no copia esferas, ni la redondez
que emula al rocío sobre las mejillas marchitas 
por el llanto, sino que toma a la tierra
como acerico, donde clavar sus penas,
antes celestes y ahora terrenales.


El silencio se rompe sobre las espaldas 
de la tierra y el cielo llora en desconsuelo,
por su carencia de dioses y por una ceguera 
sin precedentes de toda la humanidad.

Escrito en Abril 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.





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