y la esperanza se cristaliza, quebrándose
bajo el peso de la ignorancia que se apodera
de la fragilidad de las mentes adoctrinadas.
Nos inoculan el miedo, para asesinarnos
con la mortalidad de un virus o sus vacunas,
creando un hábito que desemboca
en nuestra destrucción.
Se muere el planeta y nosotros formaremos
parte de sus nutrientes, con nuestros
pútridos cuerpos al fallecer.
A nadie le preocupa nada, excepto
su supervivencia y sin advertirlo,
nos vamos eliminando unos a otros,
mientras el asesino impune, se regocija
en su guarida, sabedor de que
vamos cumpliendo el plan que ideó
y estamos haciendo la tarea más mezquina
en la labor más ingrata.
La idea es el exterminio global,
ya no se necesita disparar cañones,
una vez sembrado el caos, procedemos
a un canibalismo que acabará
con todos nosotros.
Escrito en Abril 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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