El espacio se reduce tan sólo a esa sensación
de estar intentando encontrarse en medio
de la nada.
El agua incontrolada de las emociones,
se desborda y hay un diluvio en el alma,
para calmar la aridez de una soledad
que va oxidándose en el limo
de cada precaria existencia.
No soy yo quien nombra las palabras precisas,
ni es el viento el que abanica tus oídos,
a fin de despejarte del sopor
de tu inconsciencia. Sino el ave que anida
en toda inquietud, que trata de remontar
el vuelo y desprenderse de las raíces
que le sujetan a la tierra y le impiden volar.
Todo testimonio se guarda debajo
de las baldosas de los ministerios y existe
ese temido retorno a la brutalidad,
que cercena la libertad de expresar
lo que realmente se siente al comprobar,
que todos los muertos que habitan
este mundo, siguen manejando los destinos
de todo aquel que desea vivir dignamente .
Escrito en Noviembre 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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