miércoles, 29 de noviembre de 2023

Compartiendo una misma mesa.

Todo el cielo se nos abre al descubierto,
compartiendo en una mesa agradecida,
la presencia de tu ser, que es bienvenida 
y es tan sólo agregar otro cubierto.


Compartimos en la mesa el alimento,
bendecimos tu presencia, siempre grata,
porque es por tu alegría, flor y nata,
disfrutada por el gozo del momento.


Lo que entra en nuestra boca, es recibido 
y mostramos todo el agradecimiento,
al decir claramente lo que siento,
pues mi alma lo ha expresado en su sonido.


Compartimos una misma vibración,
que transmite lo que guarda el pensamiento,
cuando trata de expresar un sentimiento,
siempre fiel en el caudal de una intención.


Es por ello, que al ser fiel el corazón,
si es sincero, además de inteligente,
transmitimos el fluir de una corriente,
que se muestra en su máxima expresión.


No hay dilema, se disuelve al compartir,
porque se hace en la razón, tan extensiva,
que por nuestra voluntad, sí es permisiva,
descubrimos su motivo al existir.


Compartir sobre una mesa ese momento,
que nos une a las personas dialogando,
es mirar que un nuevo mundo estás creando
y la paz se manifiesta con su aliento.


Este mundo es una mesa bien servida,
que debemos compartir los comensales,
respetando a cada cual sus ideales,
pues se trata de gozar de la comida.


Lo que entra en nuestra boca, se bendice,
lo que nombra en su palabra es la mesura,
que debemos contemplar en la hermosura,
si se piensa al actuar, lo que se dice.


No es cuestión de pensar en las edades,
para hallar en nuestro tiempo la armonía,
es saber que se trabaja cada día,
porque todo se completa en dos mitades.

Una parte la completa la razón,
pues su base está albergando el intelecto,
la otra parte es el uso más correcto,
que nos dicta nuestro humano corazón.


Escrito en Noviembre 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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