la sed hiere la garganta
y el polvo se te atraganta
a lo largo del camino.
El odre contiene el vino,
para aliviar la condena
que se sufre con la pena
de nuestro incierto destino.
Vino para celebrar
la alegría de la vida.
rojo vino, sangre, herida
que pretendemos cerrar.
Fruto de tierra y racimo
de una verdad ignorada,
sobre la vega, que arada
va brotando desde el limo.
Vino siempre, vida intensa,
sueño que va a despertar,
para poder realizar
el milagro que condensa
en su incesante fluir
esas ganas de vivir,
desde el sarmiento a la vena,
sin más motivo o razón
que sanar el corazón
de la tristeza y la pena.
Vino vital, vino añejo,
maduro en sabiduría
dulce sabor de alegría,
de la alegría, su espejo.
El corazón decidido
y el vino sobre la mesa,
dulce la copa que besa
tu boca, cuando has bebido.
Escrito en Noviembre 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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