miércoles, 22 de noviembre de 2023

Una idea fagocita a otra idea.

Todo instante es repentino,
por el tiempo que atraviesa 
y así todo lo que expresa
lo hallamos en el camino.


Se hace notorio en el sino
que forma nuestra existencia,
pasa por nuestra experiencia,
con un secreto divino.


Surge una idea y nos presta,
un nuevo sacudimiento,
que brota en el pensamiento,
con mordaz atrevimiento,
ante una nueva propuesta.


Y toda esa idea, hierve
en nuestro interior, y escapa,
ni se fija, ni se grapa,
fugaz para quien la observe.


Si acaso en algo se intuye
por nuestra capacidad,
es esa necesidad,
que al captarla, se destruye.


Lo que la mente origina,
sí no se materializa,
ni vive, ni se eterniza 
y como brota, termina.


Una idea es sólo un eco,
que nace del pensamiento 
y hay que atrapar el momento,
pues necesita ese hueco,
otra idea precursora,
que brota en la mente ahora.


Y si no has sido consciente 
de aprovechar la ocasión,
toda esa gran construcción,
se deshace de repente.


Todo ser inteligente,
comete un error profundo,
sí ignora que este mundo,
toda idea es inestable,
tu mente sigue habitable 
de muchas ideas buenas,
entre alegrías y penas,
pero una idea es esquiva,
pues va fluyendo en la mente,
como el agua de una fuente,
agua vivaz y furtiva.


Desde una idea, al vivir,
unimos nuestros momentos,
sobre sólidos cimientos 
en nuestro afán de existir.


Escrito en Noviembre 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




No hay comentarios:

Publicar un comentario